22.1.09

Esoos morones

Caminaba por San Pedro cuando decidí sentarme ahí, en la misma banca de todos los días en el Parque John F. Kennedy.

El reproductor me deleitaba con un poquillo de Opeth y el día estaba sioleado, nada fuera de lo común. Fue ahí cuando vi a un compa que tenía rato de no ver, al verlo cruzar el parque le grité: ¡Julián! Al principio no se inmutó, luego al verme de pie se percató de mi presencia y me saludó con una frase a la cual me voy a acostumbrando poco a poco: ¡Deje de crecer webón!

Se quitó sus audífonos y conversamos unos segundos. Me contó que volvía la U por una firmas para una beca y la picha entera.... De pronto vi que mi ransporte intergaláctico (La Peri), pasaba en frente de la iglesia, me despedí del mae y me dispuse a pararme en frente de la puerta de la peri (la cual estaba cerrada).

El chofer jaló. Sí, jaló, la pintó de colores, pegó vuelta, abrió. Mi opción: correr como hijueputa. Y la carrera empezó. El mae dió la vuelta en la esquina y lo perseguí, siguió y siguió hasta que los alcancé por la Fuente de la Hispanidad, le toqué la puerta y el mae me vuelve a ver... Y me dice no con la cabeza, no puede, dice.

Que haría Ud? Se rinde? Mama? Salí corriendo a la siguiente parada (la del ICE, frente al cementerio) y corrí y corrí, sólo había una persona esperando el bus ahí, y entonces fue cuando sucedió.

No carepichas, el bus no me dejó, el chofer me esperó. Cuando me trepé en el bus como quien ostenta un trofeo, el chofer se disculpó, dijo que no me había visto y que en BK no hizo parada "por la nueva ley". Sí, es un momento perfecto para seguir cagándome en ella pero ese no es mi tema hoy.

Me senté en el bus, y una señora me veía sin poder ocultar su risa, no la cupo, un maecillo sudado que se sentó todo tranquilo oyendo música ha de verse gracioso. Lo curiioso es que a pesar de esos morones, yo iba muy contento. Iba a ensayar con los compas y vi a ese compa y recordé esos tiempos de humor fino ahora es un puro charral: tome esta, cómase aquella, cuanto en doce más uno, en fin...

Curioso como a veces las trivialidades de la vida no lo afectan a uno por tener un objetivo, una idea. La felicidad viene en trocitos compas, sepamos aprovecharla.

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